Escribo sobre no saber escribir.
Sobre la falta de inspiración,
cuando en realidad tengo todo un río por-venir.
Como el río Paraná, profundo y marrón;
con sus épicos soles, y sus pasados otoños.
Aquellos de vida y de juego;
de tanto amor y cosa triste.
A veces te extraño.
No a ti, sino a la idea de ti.
A lo que tenías de fantasma.
Y de cuerda,
de las que se usan para atrapar algo,
o para colgarse un poco.
Y morirse adentro, muy adentro,
en las profundidades, del río que soy.
Quién me invita una cerveza para calmar la existencia?