sábado, 15 de marzo de 2008

Please hurry...

A la primera persona que me ayude a comprender
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte sin querer...

A la primera persona que me ayude a salir
de este infierno en el que yo mismo decidí vivir
le regalo cualquier tarde pa' los dos,
lo que digo es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer:
es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.

Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué
(¿qué voy a hacer? nada).

¿Qué voy a hacer de los sueños?
¿qué voy a hacer con aquellos besos?
¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos?
dime dónde lo metemos.

¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer?
¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿dónde guardo mi fe?

Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar,
no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.

A la primera persona que me ayude a caminar
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien
pero es que ya estoy harto de perderte.

Y a la primera persona que me lleve a la verdad
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más,
yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte!
y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.

Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,
yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego,
y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios, donde no existen verdades.

Es todo tan relativo, como que estamos aquí,
no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.

Y es que a la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.


Alejandro Sanz

martes, 4 de marzo de 2008

Love is real...? Was real...?

Sentía el viento azotando fuertemente su cara, el sol brillando como hacía tiempo no brillaba, what it takes de fondo, se sentía tan libre. Me lo describió como un momento perfecto, enteramente perfecto, todo a su alrededor conspiraba para que el nudo en su pecho se desatara, aunque sea por un rato; para que respirara aire puro de nuevo. Se dijo a si misma "basta de ese aire viciado, basta de lagrimas, basta de vueltas, basta de histericos...BASTA!"
En el fondo sentía una diferencia, empezar de nuevo, necesitaba un cambio y finalmente estaba saliendo de la negación, todavía le quedaban restos de bronca y dolor que asomaban de a ratos, pero en su momento perfecto ni eso la molestaba. Había dejado las cadenas en casa, en la mochila no cargó fotos ni cartas, solo algo de ropa, un buen libro y plata. Se subió a ese auto tan decisida, tan feliz de alejarse de todo. En el último tiempo todo le recordaba su historia, cada calle, cada rincon de su casa, la musica, las llaves, el celular, la comida, la ropa, el perfume, la gente, los nombres, las "casualidades", los colectivos, los libros...ese maldito departamento, lleno de horas y horas, de meses, lleno de besos y locuras, de mates y comidas, de fiestas y rincones, de olores y miradas, de magia en el aire. Maldito departamento!
Por suerte ya estaba lejos, de a poco se impregnaba con el aire seco de montaña, se llenaba con el paisaje que iba apareciendo. Que hermoso viajar sin destino, la ruta..., qué digo, el mundo a su disposición.
Ya no lloraba, se sentía mas fuerte. Era el momento de dejar esa historia atras, de volver a si, de dejar correr al relog, de avanzar. Estuvo demasiado tiempo esperando que la luna de miel vuelva, aferrada a periodos hermosos, probablemente a la pasión mas grande de su vida, al amor mas intenso. Pero habia llegado la hora de aceptar el desamor.
Subió al cerro catedral, se sentó tranquila con una cajita de chocolates y un libro; observó todo detenidamente, los lagos, la nieve, el cielo, y finalemente respiró profundo...
[Viajar es una excelente curita para el corazón]