martes, 4 de marzo de 2008

Love is real...? Was real...?

Sentía el viento azotando fuertemente su cara, el sol brillando como hacía tiempo no brillaba, what it takes de fondo, se sentía tan libre. Me lo describió como un momento perfecto, enteramente perfecto, todo a su alrededor conspiraba para que el nudo en su pecho se desatara, aunque sea por un rato; para que respirara aire puro de nuevo. Se dijo a si misma "basta de ese aire viciado, basta de lagrimas, basta de vueltas, basta de histericos...BASTA!"
En el fondo sentía una diferencia, empezar de nuevo, necesitaba un cambio y finalmente estaba saliendo de la negación, todavía le quedaban restos de bronca y dolor que asomaban de a ratos, pero en su momento perfecto ni eso la molestaba. Había dejado las cadenas en casa, en la mochila no cargó fotos ni cartas, solo algo de ropa, un buen libro y plata. Se subió a ese auto tan decisida, tan feliz de alejarse de todo. En el último tiempo todo le recordaba su historia, cada calle, cada rincon de su casa, la musica, las llaves, el celular, la comida, la ropa, el perfume, la gente, los nombres, las "casualidades", los colectivos, los libros...ese maldito departamento, lleno de horas y horas, de meses, lleno de besos y locuras, de mates y comidas, de fiestas y rincones, de olores y miradas, de magia en el aire. Maldito departamento!
Por suerte ya estaba lejos, de a poco se impregnaba con el aire seco de montaña, se llenaba con el paisaje que iba apareciendo. Que hermoso viajar sin destino, la ruta..., qué digo, el mundo a su disposición.
Ya no lloraba, se sentía mas fuerte. Era el momento de dejar esa historia atras, de volver a si, de dejar correr al relog, de avanzar. Estuvo demasiado tiempo esperando que la luna de miel vuelva, aferrada a periodos hermosos, probablemente a la pasión mas grande de su vida, al amor mas intenso. Pero habia llegado la hora de aceptar el desamor.
Subió al cerro catedral, se sentó tranquila con una cajita de chocolates y un libro; observó todo detenidamente, los lagos, la nieve, el cielo, y finalemente respiró profundo...
[Viajar es una excelente curita para el corazón]

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